martes, 9 de octubre de 2007

Día 3 - Llegamos a Camboya

Después de una noche de sueño reparador y de un delicioso desayuno típico, emprendimos la marcha hacia Camboya.

Nos metimos los 6 (con todo el equipaje) en un taxi de 4, y el viajecito estuvo gracioso.


Como puede apreciarse, Patri fue quién mejor se lo pasó...

Llegamos al aeropuerto de Saigon, y tras las colas habituales (la colas no eran excesivas, era Manu quien retrasaba al grupo porque SIEMPRE se colocaba en la más lenta... SIEMPRE!) emprendimos el vuelo hacia Camboya.


La ciudad que sirve de "base" para visitar los templos de Angkor se llama Siem Reap, y se encuentra a unos 5 km de la zona interesante.


Tras aterrizar, aún no sabemos ni como ni porque, conseguimos pasar la zona de control de pasaportes y visados sin hacer cola y casi de forma automática, gracias a un guardia / policía que nos "adoptó" y nos pasó sin más (nosotros pensamos que se trataba de un "espabilao" que nos colaba para cobrar las pelas del visado en plan egipcio...).

Próxima prueba: buscar un hotel.
Nada más salir del aeropuerto de Siem Reap, nos topamos con un taxista que tenía un taxi-furgo de lo más acogedor. Le contratamos para que nos llevase a ver alguno de los hoteles "BBB" (Buenos + Bonitos + Baratos) que aparecían en las guías.

La verdad es que la experiencia no fue del todo agradable y el "comité de higiene y prevención de plagas" (compuesto por 3 expertos y encargado de evaluar la salubridad de los hoteles) no encontró ninguno (de los "BBB") que reuniese las condiciones mínimas necesarias para el alojamiento del grupo.

Al final, tiramos la casa por la ventana y nos fuimos a un hotel de los caros, caros, caros: el Bopha Angkor Hotel.

Después de verificar que cumplía las condiciones de habitabilidad mínimas, quedaba lo más difícil: echar a suertes las habitaciones.

Al llegar, nos comentaron que solo quedaban 2 habitaciones, y había que organizarse para poder ser 3 por habitación. Una habitación tenía 1 cama de matrimonio y una cama supletoria plegable "back-breaker" (una mezcla entre este modelo y este otro).


La otra tenía una cama de matrimonio XXXL para 3 personas (como poco).


A la hora de organizar el sorteo, Manu tuvo un momento Ozores (ver foto).


Improvisó un sorteo con unas normas completamente irracionales que nos dejaron a todos perplejos, en plan: "el que acierte en que mano tengo una piedrecita suma 1 gallifante y el primer equipo que reúna 3, tiene que gritar y, si al final llueve le toca la habitación de la cama grande" (¿?).

Al final, Pepe Glez tuvo que dormir en la cama "back-breaker".

La verdad es que el hotel era bastante resultón, como podéis ver en este vídeo y en éstas fotos:


Pasillos del hotel


Entrada a las habitaciones


Escalera a las habitaciones


Zonas comunes


Zona de juegos para niños

Tras dejar el equipaje, tocó hacer un bote en moneda camboyana: Riels (1.00 EUR = 5,649.19 KHR), y los 20 € que pusimos de bote ocupaban lo suyo.


Al final, por mayoría absoluta salió elegido Jorge como tesorero (ya salió elegido en Vietnam, donde cumplió con gran profesionalidad y transparencia) y como tenía todos los bolsillos del pantalón llenos de €uros, sus Dongs (vietnamitas), los Dongs del fondo y sus propios Riels (camboyanos)... tuvo que improvisar para llevar los Riels del fondo sin mezclarlos con el resto:


Luego nos fuimos a comer con Thy (así se llamaba nuestro taxista y futuro guía) a un sitio típico camboyano.


La verdad es que la comida estaba rica (rollitos, noodles, sopa, costillas y cerveza Angkor). Hacia el postre, el día se torció y empezaron a caer unas gotitas...



Cuando dejó de llover pasamos por el Mercado Central de Siem Reap para comprar algunos recuerdos.


Es un sitio que vale la pena visitar, porque por 10 € puedes llevar regalos para toda la familia, amigos, vecinos y conocidos. Hubo más de uno (y una) que compró todo allí... JE JE JE!!!

Siguiente visita: "Pol-Pot revival", pero eso lo dejamos para otro día.

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