Día 2 - Excursión al delta del Mekong

Primera noche en Vietnam. El día se levantó soleado y todo presagiaba que sería un gran día, movido, pero grande. El plan consistía en visitar el delta del río Mekong y luego "todo" Saigon.

El autobús de la excursión que contratamos (7 $/persona, con transporte, alojamiento y actividades incluidas) pasó a recogernos al hotel. Pasamos a recoger a unos cuantos turistas más en sus respectivos hoteles y luego... carretera hacia el delta.


El guía era un tipo bastante cachondo, que intentó amenizar el viaje emparejando a los solteros, sin demasiado éxito (¿verdad chicos?).


Como todas las excursiones por carretera en Vietnam, acabas aburrido (a 40 km/h de velocidad máxima se tarde muuucho en llegar a cualquier lado) y claro, cada uno aprovechaba para hacer sus cosillas.

Algunos durmiendo...


... y otros haciendo guarrerías, ¿verdad Esther?


Tras unas cuantas horas en el bus, llegamos al delta.


Lo más llamativo (aparte del abuelete en la hamaca) era la anchura del río.

Nos montaron en un barquito...


... y empezamos a surcar sus plácidas (y marrones) aguas.

Hacia la mitad del recorrido, el cielo empezó a cambiar de color, las aguas comenzaron a agitarse...


... y a los pocos minutos empezó a llover de una forma brutal (lo que se suele llamar: "llover a todo llover").

Al cabo de unos minutos llegamos a nuestro excitante destino: la fábrica de caramelos de coco.



No era nada del otro mundo, pero pensamos que la excursión iba de menos a más... y acabábamos de llegar!


Después de unas cuantas explicaciones acerca de cómo se hacen los caramelos de coco, y para bajar un poco el vertiginoso ritmo de la visita, nos llevaron a comer.

El menú de la excursión incluía: aguachirri con tropezones de verduras y un platito combinado. Como podeis ver, todo muy light.

Menos mal que nos pedimos un "pez de oreja de elefante" (pez típico de la zona que se pesca en las "clistalinas" aguas del Mekong).


Como fue todo un acontecimiento, y sobre todo como se trataba de la primera cosa "rara" que comíamos, lo grabamos en vídeo:



Después de comer, nos llevaron a un sitio que jamás podremos olvidar: un puesto de frutas!


Solo hay que ver la cara de Jorge para darse cuenta de que nos lo estábamos pasando en grande!

Vimos plátanos, frutas del dragón, melones raros y una especie de lichis.

La siguiente parada fue una especie de cabaña dónde querían vendernos miel, jalea y demás derivados apícolas. La nota de color la puso Manu, que se sacó la boa para animar un poco la excursión.


La última parada de la excursión consistió en un paseito en barca de remo por los canales del río Mekong.



Emocionante, ¿verdad?. Pues todo esto por 7 €.
Después, vuelta en barquito, y en autobús hacia Saigon.